¿Cómo se utilizan los electrodos invertidos para el tratamiento de aguas duras?

18 de octubre de 2021

¿Cómo se utilizan los electrodos invertidos para el tratamiento de aguas duras?

En el proceso de tratamiento de agua, los depósitos de calcio y magnesio se acumulan en el cátodo. Con el tiempo, los depósitos pueden causar aumentos en el voltaje de la celda de funcionamiento, disminuyendo así la eficiencia de la celda.

Se han propuesto varias técnicas para la eliminación de los depósitos de incrustaciones catódicas de los sistemas de tratamiento de aguas duras. La técnica de polaridades de los electrodos se invierten periódicamente en el sistema de tratamiento de agua dura se utiliza comercialmente, aunque tiene sus propios desafíos (vidas más cortas dependiendo de las condiciones aplicadas). Es rentable, tiene poco o ningún tiempo de inactividad para fines de limpieza y tiene la capacidad de soportar problemas de corrosión.

En la aplicación de inversión de corriente, por lo general, se introducen dos o más electrodos en el sistema de agua a desinfectar. Se aplica un voltaje de CC en los electrodos con inversión periódica de polaridad para limpiar el cátodo de las incrustaciones de agua dura depositadas en él. Los depósitos de incrustaciones son películas delgadas de hidróxidos y/o compuestos de calcio y/o magnesio que se forman en el cátodo durante el proceso de desinfección y cloración (electrólisis del agua). Durante la electrólisis del agua, los depósitos de incrustaciones de película (que consisten principalmente en Ca(OH)2, CaCO3 y Mg(OH)2) se forman en la superficie del cátodo debido al aumento local del pH causado por la evolución del hidrógeno.

Sin embargo, el pH en la superficie del ánodo disminuye debido a la evolución del oxígeno. Esta técnica se utiliza para la eliminación de depósitos de incrustaciones catódicas mediante la inversión periódica de la polaridad de los electrodos. Cuando se invierte la polaridad de los electrodos, el cátodo anterior con depósitos de incrustaciones actúa como ánodo y, con la electrólisis continua, se produce una disminución local del pH en la superficie del ánodo. Esto conduce a la disolución de los depósitos de incrustaciones en la superficie del ánodo.